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Carta a un niño de la Franja de Gaza

por Gustavo Waisman

Querido niño,

Probablemente te sorprenda recibir esta carta de una persona desconocida, mi nombre es Gustavo y somos vecinos, yo vivo en Israel.

Lo cierto es que no tengo palabras alentadoras para transmitirte en estos días tristes. Ambos vivimos en una situación muy difícil de modificar, ya que quienes tienen la posibilidad de cambiarla, no acusan ninguna intención de hacerlo.

Muchas personas  en todo el mundo, te hacen pensar que se preocupan por ti, como por el resto de los niños en Gaza.

Lo cierto es que tú, al igual que el resto de los niños en Gaza, no le importas a nadie. Hace más de cincuenta años que te usan como «carne de cañón», para acabar con el Estado de Israel, en el cual también viven y crecen libremente cientos de miles de niños árabes, como tú.

Muchos niños en todo el mundo han sufrido guerras en los últimos 100 años, pero finalmente se asentaron y continuaron sus vidas en sus países o en otros donde fueron recibidos como ciudadanos.

Al final de una de estas grandes guerras, hace casi 80 años, muchas naciones del mundo decidieron crear una organización llamada O.N.U. (Organización de las Naciones Unidas), la cual debería encargarse de propagar la paz, la unión y el desarrollo de todos los países del mundo.

Dentro de esta organización, luego se decidió abrir una dependencia especial, para atender y solucionar el caso de los refugiados que quedaban luego de la guerra. No refugiados de todo el mundo, sino solo de tu territorio. Solo a ti te dejaron bajo la categoría de «refugiado», para poder utilizarte en sus propósitos egoístas y maléficos.

Esta oficina tú la conoces bien, se llama «UNRWA», ellos deberían preocuparse por tus estudios, tu salud, tu seguridad personal y alimentación.

Pero como ya se descubrió en estos días terribles, la UNRWA no es más que parte del grupo terrorista del Hamas, que trajo la desgracia, la muerte y la destrucción a Gaza y a Israel.

Muchos países se encargan de enviarte dinero para que puedas vivir bien. Entonces te preguntarás: ¿Dónde está ese dinero? ¿Por qué yo no vivo bien?

Pues sucede que las personas que deberían preocuparse por ti se roban ese dinero para su propio beneficio y para mantener los ataques constantes hacia Israel por medio del terrorismo.

Es tanto el dinero que  te han enviado durante décadas, y aún se te envía, que tú podrías estar viviendo como viven los niños en los mejores vecindarios de Israel y otros países con altos niveles de vida.

Fíjate que hace 75 años, se decidió que tú tuvieras un país y los judíos, junto a otros grupos religiosos, otro, donde cada cual pudiera vivir en paz. Lamentablemente tanto los palestinos como los demás países árabes no aceptaron esta solución, y optaron por intentar exterminar a los judíos, lanzándose a una guerra en el año 1948,  la cual  finalmente perdieron.

Desde entonces atravesamos 5 grandes guerras más, siempre con el mismo resultado.

Al ver que la guerra no les ayudaba en su objetivo, decidieron mantener una situación de lucha constante por medio del terrorismo. Por ello es que por un lado no te permiten crecer y vivir normalmente en Gaza, y por el otro, no te aceptan como ciudadano en sus países. Te necesitan en Gaza para seguir atacando a Israel.

Así es como te arrebatan la vida, ya desde tu infancia. Serás criado para la guerra, para matar, para odiar.

Mientras en todo el mundo, los niños de jardín de infantes juegan disfrazándose con distintos motivos de la vida diaria, personajes famosos, etc., a ti te disfrazan de terrorista.

Mientras los niños de todo el mundo aprenden en la escuela a sumar y a restar con globos o caramelos, a ti te enseñan a sumar y a restar con la matanza de judíos.

Mientras los niños en todo el mundo disfrutan en sus colonias de vacaciones aprendiendo deportes, arte, creatividad, juegos de equipo, a ti te enseñan a arrastrarte bajo alambres de púa, a disparar con armas de fuego, a cantar canciones de guerra y  muerte.

Pero qué podemos decir de esta gente malvada, cuando tus propios padres sueñan con verte morir como un mártir, un «jahid», incluso inmolándote asesinando a otros seres humanos.

Y no te dejes engañar por las manifestaciones que se hacen «a tu favor» en distintas partes del mundo. Lo cierto es que a ti no te quiere nadie. Realmente no le importas a nadie. Lo que quieren es usarte en su locura por exterminar a los judíos y al Estado de Israel.

El mismo Estado de Israel que te provee de agua, electricidad y medios de comunicación.

El mismo Estado de Israel que abre sus puertas a diario a decenas de miles de personas de Gaza que entran aquí a trabajar o también a ser atendidos en los hospitales.

Lamentablemente tú, como niño, no tienes ninguna posibilidad de solucionar estos problemas. No los puedes solucionar pero puedes oponerte a que te usen.

Cuando quieran fotografiar tu cara la próxima vez, para mostrarte al mundo como un niño pobre,  triste, sin medios, sin futuro, ¡sonríele a la cámara! Que tu sonrisa les grite a estos asesinos: «¡BASTA! ¡No quiero que me usen más! Quiero vivir como los demás niños del mundo, en forma digna, quiero vivir en paz».

¡BASTA de utilizarme en sus planes de ataque contra otros pueblos!

¡BASTA de dejar derramar mi sangre para saciar su odio infinito!

¡BASTA de la hipocresía de todos aquellos que dicen defenderme, mientras me mandan a morir en sus guerras!

Que tu sonrisa les haga entender a todos aquellos que te utilizan, que no estás dispuesto a seguir siendo «carne de cañón», muriendo para su provecho.

Dios te guarde y te proteja.   

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